Paco Romero revela la maquinaria de persecución política de Barbosa

Por fin se hace pública la estrategia sucia contra Rivera Vivanco: Biestro y Vélez, claves en la operación Barbosa.

Francisco Romero Serrano, perseguido político en tiempos del ex gobernador, el difunto Luis Miguel Barbosa Huerta, reveló en entrevista con Rodolfo Ruiz que, durante el gobierno de Miguel Barbosa se orquestaron acciones en contra de Claudia Rivera Vivanco, quien entonces era precandidata de Morena en busca de la reelección como alcaldesa de Puebla. Según Romero, Gabriel Biestro, desde el Congreso, y Verónica Vélez Macúil como coordinadora de Comunicación Social, lideraron una estrategia que incluyó sabotaje político y mediático para desacreditarla.

El extitular de la Auditoría Superior del Estado (ASE), Francisco Romero Serrano, explicó que el gobierno Barbosista operaba como un clan político, el clan Barbosa-Orozco. Según Romero, esta maquinaria política estaba compuesta por figuras clave como los entonces diputados Gabriel Biestro y Nora Merino Escamilla, Verónica Vélez Macuil como encargada de Comunicación, su esposa Rosario Orozco Caballero y su asesor jurídico Carlos Palafox Galeana.

 

Romero señala que su primer conflicto con el ejecutivo estatal ocurrió cuando Gabriel Biestro le pidió abiertamente que participara en la estrategia para descarrilar a Claudia Rivera, quien buscaba la reelección como alcaldesa de Puebla.

“La primera distancia que tuve con el gobierno de Luis Miguel Barbosa fue a través de Gabriel Biestro, quien abiertamente me pidió que descarrilara a Claudia Rivera” 

Explicó que fue convocado para asistir a algunas algunas notificaciones que se le hicieron la entonces presidenta municipal CRV, para que se presentara a comparecer ante el Congreso del Estado, donde estaba Gabriel Biestro como presidente de la Jugocopo acatando las indicaciones de Barbosa; entonces Romero no se presentó, pues dice que no le correspondía como titular de la ASE.

Dejó entrever que el plan no solo buscaba frenar a Rivera Vivanco; también pretendía favorecer al panista Eduardo Rivera Pérez, lo que era un secreto a voces que hoy se confirma: Barbosa trabajó para limpiar el historial de Eduardo Rivera, utilizando la maquinaria estatal, allanando su camino hacia la alcaldía.

 

Romero enfatizó que estas acciones reflejan cómo Barbosa gobernaba “con las tripas”, tomando decisiones basadas en enemistades personales. Este modus operandi no solo afectó a Rivera Vivanco, sino que generó un clima de persecución política, del que él mismo fue víctima, siendo encarcelado durante dos años y medio por diferencias con el exgobernador.

Cabe recordar que la persecución política durante el barbarismo era tal, que obligó a los propios legisladores a votar para quitarse el fuero y así poder encarcelar a cualquiera que no acatara su palabra.

En este contexto, Alejandro Armenta busca devolver el fuero a los legisladores, una medida eliminada por Barbosa para consolidar su control político. Este movimiento se plantea como un intento de evitar que las dinámicas autoritarias se repitan en Puebla y garantizar los contrapesos. 

Por su parte Verónica Vélez usó su posición para coordinar una narrativa mediática en contra de Rivera Vivanco y de todos los opositores del clan. Bajo sus órdenes, columnistas y medios de comunicación alineados al gobierno de Barbosa desacreditaron constantemente a la entonces alcaldesa, generando un entorno desfavorable para su reelección.

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