La tarde del sábado 29 de octubre, el terror se apoderó de Seúl, Corea del Sur.
Los sucesos se dieron cuando más de 100 mil asistentes buscaban congregarse en uno de los callejones más angostos de la ciudad, con un total de 4 metros de ancho, por 45 de largo, para celebrar Halloween, lo cual provocó que miles de personas se apretasen tanto unas con otras, que no se pudiera ni respirar, terminando con la vida de 154 asistentes por asfixia.
La mayoría de las víctimas son adolescentes y veinteañeros, y de esos, al menos 26 son extranjeros. “Es una tragedia y un desastre que no debió ocurrir”, expresó el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, y, además, decretó luto nacional. Cabe recalcar, que, durante la celebración, sólo se desplegaron 200 elementos policiacos para ordenar a la multitud, razón por la cual, fue insuficiente regular el ordenamiento civil en esos lugares, dando pie a un exceso de personas que, al intentarse mover, terminó con la inmovilización misma de la ciudadanía. Distintos ciudadanos del país, han criticado severamente que el año pasado, durante la pandemia del virus Sars-Cov2, el número de elementos policiacos regulando el paso peatonal para evitar aglomeraciones, era mayor a 4,000.
En redes sociales, han circulado un sinfín de vídeos del momento de terror que vivieron aquellas personas que buscaban divertirse.