Durante las elecciones presidenciales de Brasil celebradas este 2 de octubre fue notorio el triunfo de la justicia sobre la ultraderecha, pues Lula, del partido de los Trabajadores, le ganó a Jair Bolsonaro, del Partido Liberal, con un total de 48.43% de los votos escrutados, mientras que Jair obtuvo el 43.20% de los votos, sin embargo, aún con esta victoria, Lula no ha ganado la presidencia, sino que debe esperar una segunda vuelta electoral que se llevará a cabo el día 30 de octubre, y será la que defina en totalidad quien será el próximo presidente de país.
En el sistema electoral brasileño, a diferencia del mundo hispano, si un candidato obtiene una ventaja muy cerrada frente a su opositor, se le considera empate, y se lanza una segunda vuelta electoral para desempatar, así fue el caso con estas elecciones en Brasil, y por ello se espera que los ciudadanos desempaten en las urnas.
Durante las elecciones del 2018 Bolsonaro ganó en la primera vuelta con 46% de los votos, mientras que la coalición de izquierda obtuvo un total de 29.2%, el cambio en los números muestra la evidente modificación contexto político y social de aquel país, pues la población en general está cansada de las políticas neoliberales que favorecen a los más ricos, impulsadas por Jair.