Este lunes 25 de octubre, al mero estilo panista, el Gobierno de Eduardo Rivera Pérez sofocó e intimidó una marcha de naranjitas (trabajadoras de limpia), con decenas de policías municipales, creando una valla con los escudos, para evitar así que las trabajadoras que estaban exigiendo por sus derechos, llegasen a la Secretaría de Gobernación, lugar en donde había más elementos policiacos esperándolas.
Según indican las afectadas, buscan la reinserción de una compañera que fue despedida injustamente, acusando que, así como ella fue despedida sin razón real, cualquier otra trabajadora podría ser eliminada también de su sustento diario, por simples caprichos administrativos.
Además, acusaron que los uniformes entregados por el alcalde Eduardo Rivera se encogen y se rompen en las primeras lavadas, y agregaron que la administración pretende hacerlas trabajar inclusive el domingo, a pesar de que su contrato es únicamente de lunes a sábado, y sin darles un pago extra por su día laborado.
Aún con todos esos ánimos, las 50 trabajadoras del Organismo Operador del Servicio de Limpia del Municipio de Puebla, fueron esparcidas por miedo a la Secretaría de Seguridad Ciudadana que las intimidó con la fuerza pública.
Del mismo modo, por la tarde se registro un abuso policial en las calles del Centro Histórico, con el enfrentamiento entre el personal de Vía Pública, y los vendedores informales, dejando con ello una mujer herida.
Todo inició cuando el personal de la Secretaría de Gobernación realizó sus operativos habituales por decomisar los productos que ofrecen los vendedores informales en vía pública, los cuales trabajan para obtener una fuente de ingresos ante esta crisis global.
Los hechos ocurrieron en la esquina de la 8 poniente y la 5 norte, cuando los inspectores intentaron arrebatarle la mercancía a una mujer que vendía máscaras, playeras y cubrebocas, sin embargo, ante la lógica oposición que presentó la mujer de defensa, el personal del Ayuntamiento decidió usar la fuerza pública para lograr su cometido, llamando así a los policías municipales.
Al percatarse de lo ocurrido, los demás ambulantes de la zona decidieron intervenir para defender la integridad, tanto física, como económica de la afectada, iniciando así un enfrentamiento entre los ciudadanos que intentan obtener un sustento justo, y los elementos de Eduardo Rivera.
El saldo fue una mujer comerciante que recibió un golpe, la cual fue atendida por los servicios de SUMA.
