Un impostor suplantaba identidades robando cédulas medicas de distintos cirujanos para así conseguir clientes y hacerse pasar por médico cirujano, rentaba dos oficinas para atender a sus pacientes, una en barrio de Santiago, y la otra en colonia La Paz, ambas en la ciudad de Puebla.
El hombre identificado como Joaquín N. es buscado por la Fiscalía del Estado de Puebla, al ser acusado como presunto culpable por cometer delitos por negligencia médica, robo de identidad, usurpación de funciones, y de lo que resulte responsable.
Según los relatos del hijo de la víctima, Magdalena, la cual es una mujer de 75 años de edad que sufría de diabetes e hipertensión, y por el avance de la enfermedad, dos dedos de su pie estaban negros por lo cual se tenían que amputar; al sentir desconfianza en el Seguro Social, los familiares de Magdalena decidieron buscar ayuda en el sector privado, por lo cual, fueron a dar con el ahora presunto culpable, Joaquín N, quien se comprometió a realizar la cirugía sin ningún estudio de su parte que avalara esta afirmación.
El 9 de febrero de este año, Magdalena fue sometida a la cirugía en la clínica de la 13 poniente y 13 sur; al concluir y entregar al paciente se percataron que el presunto culpable no sólo cortó los dos dedos que habían acordado, sino que también hizo otros 3 cortes más, por lo cual dejó a la victima sin dedos. Su argumento fue que un dedo se había contaminado también, por lo cual fue necesario amputarlo, el cuarto lo cortó por error, y para que no quedara el ultimo dedo solito, lo decidió cortar de igual modo. Continuando con esta terrible historia de horror, el falso médico les entregó los dedos a los familiares para que ellos mismos se hicieran cargo del desecho médico correspondiente.
Los familiares de la víctima también denuncian que el supuesto asistente del cirujano inyectó un líquido desconocido en la espalda de la mujer, el cual le provocó diversos malestares que le hicieron buscar otra valoración médica, y que con una cirugía más, pero con otro especialista, Magdalena pudiera sentirse mejor; este médico les informó que detectó un absceso que contenía sangre, y que, de haberse reventado con algún golpe o movimiento, la sangre pudo llegar al cerebro y ser mortal.
Por lo cual, los agraviados acudieron a la Fiscalía del Estado para solicitar la investigación pertinente y dar con el paradero del supuesto cirujano que desapareció.