Según los informes revelados por el grupo de hackers internacionales autodenominados como “Guacamaya”, el Estado de Puebla era considerado un territorio neutral para el crimen organizado, pues era el puente entre áreas en dónde operaban los distintos grupos delictivos sin ninguna preocupación.
La ubicación estratégica de Puebla le brinda la oportunidad de ser neutral, pues se encuentra rodeada de los Estados de Veracruz, Guerrero, Morelos, Estado de México, Hidalgo y Tlaxcala, además de contar con una derrama económica abundante.
Según el documento que expide la Sedena, la entidad se había encontrado en su mayoría, exenta de eventos violentos causados por los grupos criminales, hasta el 2017, cuando incursionó el Gobierno panista Tony Gali, ese fue el momento en que aparecieron por primera vez, y oficialmente el Cártel Jalisco Nueva Generación en Puebla, bajo el liderazgo de Antonio Martínez Fuentes, alias “El Toñín”.
Antes del 2017, sólo había rastros de los Cárteles, tanto de Sinaloa, como el de Jalisco Nueva Generación, los Caballeros Templarios, entre otros, sin embargo, ellos se limitaban únicamente a realizar venta de drogas, y lavado de dinero, por lo cual, ninguno de esos fue descubiertos operando oficialmente en el Estado.
Hoy en día, gracias a los documentos filtrados por la Sedena, se sabe que en el Estado neutral y pacifico que solía ser Puebla, ahora operan por lo menos 7 bandas delictivas como Los Zetas, El Cártel Jalisco Nueva Generación, el Cártel de Sinaloa, Los Croquis, Sangre Nueva Zeta, y además, los grupos locales como el del Loco Téllez y de Juan Lira, que responde con el alias de “El Moco”.
