Hizo muy bien Don M en no dejar que ni por error se le acercaran las corcholatas poblanas durante la marcha.
‘Por algo es el Don y lo será hasta el último día de su mandato’ me dijo una Lolita que tengo muy cerca de la marranera.
A pesar de que un par de asesores le propusieron que lo cobijaran los Salmón y el Dr Tinez, la respuesta fue rotunda.
‘No, marcharé en familia’ dijo
-pero-
‘No hay, pero, las corcholatas deben de obedecer’ -remató-
Y así fue como las corcholatas poblanas hicieron su luchita y su debut, en Reforma y el zócalo de CDMX.
Lejos de los reflectores nacionales.
Lejos de los actores políticos de primer nivel.
Y muy cerca de sus porristas aldeanos.
Una corcholata me dijo: “Las corcholatas del Don debemos de obedecer, la noticia sería que no lo hiciéramos, se decir ‘yes man’ en cinco idiomas’
Fue bonito verlas metidas en ese disfraz guinda, gritando ‘Es un honor estar con Obrador’
Fue bonito ver la transformación de fifis a chairos de ocasión.
El Don estuvo contento, se placeó, saludó a unos políticos y se dejó apapachar por algunos que lo reconocieron.
A lo lejos bañado y peinado (cosa rara) lo miraba Noroña, dudaba en acercarse y recuperar a su amigo. Al final no lo hizo y se perdió entre la gente.
El guardián de los árboles, también conocido como doble A, corría y corría, nadie lo reconocía, salvo un viejo exlíder magisterial que le preguntó si el había trabajado con el gober precioso y fue cuando corrió más.
Nachito, también hacia lo suyo. Soltaba codazos para abrirse paso y salir en las selfies muy cerca de ‘cabecita de algodón’, logró no solo tomarse una foto con él, sino con las corcholatas presidenciales: Adán, La Shei y el carnal.
CRV tuvo un festejo doble: marchó y festejó sus treinta y siempre; Por la tarde un pastel de chocolate y un poco de café.
Pero hubo más poblanos.
Aquellos que llegaron en autobuses.
Aquellos que desayunaron: tortas, boing y naranjas.
Aquellos que pasaron lista dos veces: al subir al camión y durante la marcha.
Aquellos que son Godínez y hoy se disfrazaron de chairos.
Aquellos que renovaran contrato por un año más.
Aquellos que fueron enviados por los presidentes municipales sin importar el partido.
Aquellos sindicalizados que siempre apoyan la causa.
Aquellos que no quieren dejar de mamar de la ubre pública.
Aquellos que se fueron a dar una vuelta para conocer ‘La polar’.
Aquellos que se llevaron quinientos varitos por gritar: Obrador, Obrador.
Serán los mismos que se verán el próximo domingo en #lamarchadelamarranera a favor de la #4T.
NOTA: Nadie extraño a los difuntos: Meli y Coto, vaya, ni sus viudas y es que ya encontraron quien las consuele.
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Columna ficción.