Durante mucho tiempo he querido escribir sobre expertos.
Él es Magnus Carlson, cinco veces campeón mundial de ajedrez y aquí le están mostrando tableros de ajedrez para que identifique la partida en la que ocurrieron estos movimientos, logrando identificar no solo la partida de ajedrez si no sus contrincantes.
Pero, cómo hace esto, parece un súper poder…
Hace algunas décadas los científicos querían saber qué hace especiales a los expertos como los maestros de ajedrez, tienen coeficientes intelectuales muy altos, razonamiento espacial superior al promedio, mejores memorias a corto plazo, etc.
Bueno resulta que, como grupo, los maestros de ajedrez no son excepcionales en ninguno de estos criterios, pero un experimento mostró cómo era que su desempeño era ampliamente superior al de los amateurs.
En 1973 William Chase y Herbert Simon reclutaron a tres jugadores de ajedrez, un “MAESTRO”, un jugador clase “A” y un “PRINCIPIANTE”; colocaron un tablero con alrededor de 25 piezas posicionadas como podrían estar durante una partida, a cada jugador se le permitió mirar el tablero por 5 segundos, luego se les pidió que replicaran la posición del tablero según su memoria en un segundo tablero frente a ellos, los jugadores podrían usar todos los vistazos de 5 segundos que quisieran para lograr que los tableros sean iguales.
De tan solo el primer vistazo, el “MAESTRO” pudo recordar la posición de 16 piezas; el jugador clase “A” pudo recordar 8 y el “PRINCIPIANTE” solo 4; el “MAESTRO” necesitó la mitad de los vistazos que necesitó el clase “A” para llegar al tablero perfecto, luego los investigadores ordenaron el tablero con las piezas en posiciones que nunca existirían en una partida real y ahora el maestro no fue mejor que el principiante.
Luego del primer vistazo, todos los jugadores sin importar el rango podrían recordar la ubicación de solamente tres piezas, los resultados son claros, los expertos en ajedrez no tienen una mejor memoria en términos generales, sino que tienen una mejor memoria específicamente para las posiciones de ajedrez que podrían ocurrir en un juego real, esto implica que lo que hace especial a un maestro de ajedrez es que ha visto muchísimos pero muchísimos juegos de ajedrez y durante ese tiempo sus cerebros han aprendido patrones, por lo que, en lugar de ver las piezas individualmente y en posiciones individuales, ven una menor cantidad de configuraciones reconocibles, esto se llama agrupamiento, lo que hemos almacenado en la memoria a largo plazo nos permite reconocer estímulos complejos como una sola cosa, por ejemplo reconoces 3.14159 como pi en vez de como una hilera de cinco números sin relación.
Centralmente la maestría está relacionada con el reconocimiento, Magnus Carlsen reconoce posiciones de ajedrez de la misma forma que reconocemos rostros y el reconocimiento lleva directamente a la intuición, si ves un rostro enojado tienes una idea bastante clara de lo que vendrá después. Los maestros de ajedrez reconocen posiciones en el tablero e instintivamente saben cuál será la mejor jugada, la mayor parte del tiempo saben que deben hacer, no tienen que pensarlo.
Desarrollar la memoria a largo plazo de un experto lleva mucho tiempo, 10.000 horas es la regla de oro popularizada por Malcolm Gladwell, pero 10.000 horas de práctica por sí solas no son suficientes, hay otros cuatro criterios que deben alcanzarse y en las áreas donde esos criterios no se alcancen es imposible convertirse en un experto.
El primer criterio es realizar muchos intentos y recibir retroalimentación. Los jugadores de tenis hacen cientos de derechazos como práctica, los jugadores de ajedrez juegan miles de partidas antes de llegar a ser maestros, los físicos resuelven miles de problemas de física y cada uno tiene una retroalimentación.
El jugador de tenis ve si cada tiro pasa la red y si se va afuera o no, el jugador de ajedrez gana o pierde la partida y el físico resuelve bien o mal el problema, pero algunos profesionales no tienen repetición en las experiencias con algunas clases de problemas.
El politólogo Phillip Tetlock escogió a 284 personas que se ganan la vida comentando u ofreciendo consejos sobre tendencias políticas y económicas, esto incluyó a periodistas, especialistas en política exterior, economistas y analistas de inteligencia; durante dos décadas los consultó con preguntas como ¿será reelegido George Bush?, ¿terminará pacíficamente la partida en Sudáfrica?, ¿se independizará Canadá? ¿estallará la burbuja del punto com?. En cada caso los especialistas contestaron la probabilidad de varios posibles resultados, para el final del estudio Tedlock había cuantificado 82,361 predicciones.
¿Cómo les fue? bastante mal, estos expertos, la mayoría de los cuales tenía títulos de posgrado, tuvieron un peor desempeño que si hubieran asignado las mismas probabilidades a todos los resultados, en otras palabras, la gente que usa su tiempo y gana su dinero estudiando un tema particular, produjo conclusiones más pobres que las probabilidades del Azar, Incluso en las áreas que más conocían los expertos no fueron mejores que quienes no eran especialistas.
El problema es que la mayoría de los eventos que deben predecir suceden una sola vez, no han tenido experiencia de atravesar estos sucesos o eventos similares muchas veces antes, hasta las elecciones presidenciales suceden de forma poco frecuente y cada una en un ambiente al menos un poco diferente, así que debemos tener en cuenta que hay expertos que no tienen experiencias repetidas con retroalimentación.
El siguiente criterio es un ambiente válido, uno que contenga regularidades que lo hagan al menos un poco predecible, un apostador que apuesta en la ruleta, por ejemplo, puede tener miles de experiencias repetidas con el mismo evento y por cada una recibe una clara retroalimentación, sabe si ganó o perdió, pero no lo podríamos considerar experto porque su ambiente tiene poca validez, la ruleta es esencialmente aleatoria, no hay regularidades para aprender.
En el 2006 el legendario inversor Warren Buffet ofreció apostar un millón de dólares a que podría escoger una inversión que se desempeñaría mejor que los mejores fondos de cobertura de Wall Street durante 10 años; los fondos de cobertura son fondos de dinero que son activamente manejados por algunos de los agentes más brillantes y experimentados de Wall Street, usan técnicas avanzadas como las ventas en corto, el apalancamiento y los derivados financieros para intentar generar ganancias importantes y en consecuencia cobran sumas significativas.
Una persona aceptó la apuesta de Buffett, de los Socios Protegy para su inversión, seleccionaron cinco fondos de cobertura, en verdad cinco fondos de fondos de cobertura en total, era una colección de más de 200 fondos individuales, Warren Buffet escogió una estrategia muy diferente, eligió hacer la inversión más básica y aburrida que se puedan imaginar, un fondo de índice pasivo que solo rastree el valor de las 500 compañías públicas más grandes de los Estados Unidos, El S&P 500.
Comenzaron la apuesta el primero de enero de 2008 e inmediatamente las cosas no se veían bien para Buffett, el comienzo de la crisis financiera mundial y el mercado se derrumbó pero los fondos de cobertura podían cambiar sus acciones y hasta lucrar con las caídas de los mercados, así fue que perdieron algo de valor pero no tanto como el promedio del mercado.
Los fondos de cobertura se mantuvieron a la cabeza por los siguientes tres años, pero para 2011 el S&P 500 los había alcanzado y de allí en adelante ni siquiera había competencia; el promedio del mercado se elevó dejando muy por detrás a los fondos de cobertura, luego de 10 años el fondo de índice de buffet ganó un 125.8% y los fondos de cobertura un 36%.
El desempeño del mercado no fue inusual durante este periodo a ocho y medio por ciento de crecimiento anual, casi alcanza el promedio histórico del mercado bursátil, entonces, ¿por qué tantos profesionales de la inversión con años de experiencia en la industria con la capacidad de investigar y muchos beneficios financieros para incentivarlos fallaron en vencer al sistema? Bueno, porque el mercado bursátil es un ambiente de baja validez, en un corto plazo los movimientos de precios de las acciones son casi completamente aleatorios, por lo tanto la retroalimentación a pesar de ser clara e inmediata, no refleja en verdad nada acerca de la calidad de las decisiones tomadas; es más similar a una ruleta que al ajedrez.
Durante un período de 10 años casi el 80% de todos los fondos de inversión manejados activamente fallaron en superar el promedio del mercado, si miras periodos de tiempo más largos el desempeño por debajo aumenta el 90% y antes de decir, eso diría que el 10% de los representantes tienen una habilidad real, considera que solo por azar algunos vencerían al mercado, de igual manera las carteras o los portafolios elegidos por gatos o tirando dardos han demostrado esto y además de la suerte hay prácticas inmorales que van desde la venta de información hasta los esquemas de fraude.
No quiero decir que no hay inversores expertos, de hecho, Warren buffet es un claro ejemplo pero la vasta mayoría de quienes eligen acciones y gestionan activamente inversiones, no demuestran desempeño de expertos debido a la baja validez de su ambiente.
Una nota al margen, si sabemos que la elección de acciones usualmente deja mal los resultados a largo plazo y que las tarifas que los gestores activos cobran raramente compensan una en el desempeño, ¿por qué hay tanto dinero invertido en acciones individuales, fondos mutuales y fondos de cobertura? Déjenme responder eso con una historia.
Existe un experimento llevado a cabo con ratas y humanos en el que había un botón rojo y un botón verde que podían iluminarse; el 80% del tiempo se ilumina el botón verde y el 20% del tiempo se ilumina el botón rojo, pero aleatoriamente nunca puedes estar seguro de qué botón se iluminará y la tarea para el sujeto sea este rata o humano es adivinar de antemano cuál botón se iluminará y apretarlo, a las ratas si adivinan bien les dan algo de comida sino una leve corriente eléctrica, la rata rápidamente aprende a apretar solo el botón verde y aceptar el porcentaje de 80% de éxito, los humanos por otro lado usualmente presionan el botón verde pero de vez en cuando intentan predecir cuándo se encenderá la luz roja; como resultado adivinan correctamente solo el 68% de las veces.
Tenemos dificultad en aceptar los resultados promedio, vemos patrones por doquier incluso en la aleatoriedad e intentamos vencer al promedio al predecir el patrón, pero cuando no hay patrón esto es una estrategia terrible, incluso cuando si hay patrones, necesitas retroalimentación a tiempo para poder aprenderlos.
El siguiente criterio es retroalimentación a tiempo, para entender la diferencia entre la retroalimentación inmediata y atrasada del psicólogo Daniel Kahneman, contrasta las experiencias de los anestesiólogos y de los radiólogos; los anestesiólogos trabajan al lado del paciente y obtienen una retroalimentación inmediata, está inconsciente el paciente, tiene signos vitales estables; con esta retroalimentación inmediata es más fácil para ellos aprender las regularidades de su ambiente.
Los radiólogos por otra parte no reciben una retroalimentación veloz de esos diagnósticos y a veces ni la reciben, esto hace que mejorar sea más difícil para ellos, para los radiólogos típicamente solo diagnostican correctamente el cáncer de mama un 70% de las veces.
Las retroalimentaciones atrasadas también son un problema para los oficiales de admisión de las universidades y la gente de reclutamiento, luego de aceptar a alguien en una universidad o contratar a alguien en una compañía quizás nunca te enteras como les ha ido, esto hace más difícil reconocer los patrones en los candidatos ideales.
En un estudio Richard Melton intentó predecir las calificaciones de los ingresantes al final de su primer año en la universidad, un grupo de 14 consejeros entrevistó a cada estudiante por casi una hora, también tenían acceso a sus calificaciones, varios exámenes de aptitud y un ensayo de cuatro páginas escrito por ellos, para compararlos, Melton creó un algoritmo que usaba solo una fracción de toda esa información, solo las calificaciones y un examen de aptitud, sin embargo la fórmula fue más precisa que 11 de los 14 consejeros.
El estudio de Melton se reportó en conjunto con más de una docena de otros resultados similares a través de una variedad de otras áreas, desde predecir quién violaría la libertad condicional, hasta quien tendría éxito como piloto, si alguna vez te han negado la admisión en una institución educativa o no te han dado un trabajo, se siente como si un experto hubiera considerado tu potencial y hubiera decidido que no tienes lo que hace falta para triunfar y es reconfortante saber que los guardianes de estas instituciones no predicen muy bien quién tendrá éxito a futuro.
Si estás en un ambiente válido con experiencias repetidas con los mismos eventos con retroalimentaciones a tiempo,por cada intento ¿te convertirás en un experto en aproximadamente 10.000 horas?, desafortunadamente no, porque la mayor parte de nosotros queremos estar cómodos, y es por ello que el siguiente criterio es no estés demasiado cómodo.
Para muchas tareas de la vida podemos volvernos competentes en un período corto de tiempo, piensa por ejemplo en conducir un automóvil, al principio parece un gran desafío, ocupa todo nuestro sistema 2, pero después de 50 horas se torna automático, se hace cargo el sistema 1 y puedes hacerlo sin demasiado pensamiento consciente, luego de eso manejar más horas no mejora el desempeño, si quieres seguir mejorando debes intentar manejar en situaciones desafiantes, como nuevos terrenos, velocidades más altas o un clima complicado.
Yo toco la guitarra hace 20 años, pero no soy un experto porque suelo tocar las mismas canciones, es más fácil y es divertido, pero para aprender tienes que practicar al límite de tu habilidad, empujarte fuera de tu zona de confort, tienes que usar mucha concentración, repetidamente y metódicamente intentar cosas en las que no eres bueno, puedes practicar todo exactamente como es y exactamente cómo está escrito pero a una velocidad tal que tienes que pensar y saber exactamente dónde estás y lo que tus dedos están haciendo.
¿Cómo se siente esto? se conoce como práctica deliberada y en muchas áreas los profesionales no se involucran con la práctica deliberada y su desempeño no mejora, de hecho, a veces empeora, si estás experimentando dolor en el pecho y entras a un hospital, preferirías ¿que el doctor sea recientemente graduado o alguien con 20 años de experiencia?
Investigadores hallaron que las habilidades para el diagnóstico en estudiantes de medicina aumentan con su tiempo estudiando, lo cual tiene sentido, mientras más casos has visto, mejor eres para anotar patrones, pero esto solo funciona hasta cierto punto, al tratarse de enfermedades extrañas del corazón o de los pulmones, los médicos con 20 años de experiencia fueron peores para diagnosticarlas que los recientemente graduados y eso es porque no han pensado en esas enfermedades extrañas en mucho tiempo, son menos capaces de reconocer sus síntomas, solo luego de un curso de repaso esos médicos pudieron diagnosticar esas enfermedades y puedes ver el mismo efecto en el ajedrez, el mayor predictor de nivel de habilidad no es el número de partidas o torneos jugados, sino la cantidad de horas usadas para estudiar seriamente y en soledad.
Los jugadores pasan miles de horas solos, aprendiendo sobre teoría del ajedrez, estudiando sus propias partidas y las de los demás y juegan mediante composiciones diseñadas para ayudarte a reconocer patrones tácticos, en el ajedrez como en otras áreas puede ser desafiante forzarte a practicar deliberadamente, es por esto que los entrenadores y docentes son tan valiosos, pueden reconocer tus debilidades y asignar tareas para encarar, para convertirte en experto tienes que practicar por miles de horas fuera de tu zona de confort intentando hacer las cosas que aún no logras, la verdadera maestría es maravillosa de ver, para mí se ve como magia, pero no lo es en esencia, la maestría es reconocimiento y el reconocimiento proviene de la increíble cantidad de información estructurada, almacenada en la memoria a largo plazo. Para construir esa memoria se requieren cuatro cosas un ambiente válido, muchas repeticiones, retroalimentación a tiempo y miles de horas de práctica deliberada.
Cuando se alcanzan esos criterios el desempeño humano es impresionante, y cuando no, tenemos personas que consideramos expertos que en verdad no lo son.
