Lo que se vivió en el Hotel La Quinta en Angelópolis el pásado sábado, es la consumación de una operación política primitiva y grosera por parte del gobernador de Puebla Luis Miguel Barbosa y que parece repetir el fenómeno de “Los Chuchos” en el casi extinto PRD.
Recordemos que tras una serie de disputas internas en el partido del sol azteca y tras el creciente liderazgo de Andrés Manuel López Obrador, una corriente comenzó a tomar fuerza, una corriente que en interlocución permanente con los partidos tradicionales, PRI y PAN buscaba frenar la inercia política de AMLO en todo el país. Así se formalizó la creación de Nueva Izquierda con Jesús Zambrano y Jesús Ortega a la cabeza. A ese grupo se integrarían Guadalupe Acosta Naranjo, Carlos Navarrete, Fernando Belaunzarán y el mismo Luis Miguel Barbosa.
Reventar y arrebatar es el estilo del gobernador poblano, quien luego de 4 años, al final logró imponerse en el control de Morena en Puebla luego de que las condiciones nacionales le favorecieran.
El mismo Manlio Fabio Beltrones estaría sorprendido por el cochinero que al estilo Priísta organizó Miguel Barbosa: La mayoría, o casi todas las personas que integran el nuevo Consejo Estatal de Morena en Puebla, llegaron a punta de acarreos, embarazo de urnas y compra de votos. Impulsados desde presidencias municipales, desde el Congreso de Puebla, con la eficiente coordinación del aparato estatal del gobierno del experredista.
Así como obtuvieron su nombramiento así fueron tratados, acarreados, pastoreados con una línea clara: obedecer y sonreír. Como ya estaba escrito y previamente instruido, votaron por las y los candidatos de Casa Aguayo.
La prensa barbosista celebra y repite una y otra vez que este es el triunfo político del gobernador., como si hubiera un mérito en imponer condiciones a billetazos y trampas.
La otra prensa, la que no es barbosista pero es cobarde y tibia, se concentra sólo en los hechos superficiales. Da nombres y da cifras.
No cuenta por ejemplo que en la entrada existió un filtro en el que retiraron celulares a todas y todos los congresistas, pero que al grupo barbosista, minutos después se los regresaron.
Tampoco cuentan que Olga Lucía Romero Garci Crespo, quien fue impuesta como presidenta del Comité Ejecutivo Estatal de Morena, además de su servilismo y lealtad probada a Miguel Barbosa cuenta con señalamientos relacionados a trata de personas, fraudes e intentos por hacerse a la mala de la fortuna de Socorro Romero en Tehuacán. O que la misma Garci Crespo fue, en su trienio pasado como diputada, el alfil de Miguel Barbosa en su absolutista control de la Auditoria Superior del Estado.
Mucho menos le van a contar que Jorge Mota quien hoy llega nada más y nada menos a la Secretaría de Finanzas de Morena, fue el “jalacables” y “carga bocinas” con su padrino el anulado Erik Cotoñeto. Desde el PRD Un muchacho grosero, fanfarrón con nula formación política, pero sólido conocimiento porril, que lo mismo reparte despensas que emborracha estudiantes para movilizar elecciones.
O que Agustín Guerrero Castillo quien en 2015 fuera vocero de Ricardo Monreal, fue presentado en 2015 ante la Procuraduría capitalina, acusado de realizar tocamientos a dos mujeres en el edificio del PRD de Ciudad de México, sin embargo, las presiones del ahora senador Monreal lograron deslindarlo de responsabilidades.
Nadie está ahí por méritos partidistas, la base de Morena quedó desplazada y hoy los nuevos Chuchos en Morena, buscarán imponer, como lo hicieron en el PRD, las condiciones para que en 2024 las mismas mafias de siempre ocupen los cargos.
¿Morena Nacional lo permitirá?
¿Las bases Morenistas de Puebla lo permitirán?
Encuéntreme cada domingo en este su Incorrecto de confianza, el único, el legal y legítimo, no acepte enanas imitaciones.